viernes, 23 de diciembre de 2016

IRREVERSIBLES POETICOTIDIANOS. Sisebuto Liuva

       






     INMERSIÓN.
    Del medio mecánico al medio digital.

       Muchas son las posibilidades de trasmutación de su propio entorno y de todo lo que tiene lugar en la red. Igual que muchos y muy profundos los cambios que se producirán no tanto gracias a los avances tecnológicos, como a su aplicación de una u otra forma a través de internet. De hecho, podemos afirmar que aquello que no se da al otro lado de las tresuvedobles, en realidad no se da. Para ser más exactos, ya tenemos claro que la realidad, tomada como lo material, lo corpóreo, el conjunto de cosas existentes, está absolutamente disociado y al margen de lo netamente virtual. Nadie puede negar que internet, y sus aclamadas redes sociales, es la futura neo-realidad donde todo va a tener lugar. Mientras que lo que queda de nuestros cuerpos y de los fragmentos de estos que han ido dejando por ahí la modernidad primero y la postmodernidad después, se convertirán en reliquias de las culturas mecanicistas, dignas de ser restauradas dentro de no mucho tiempo, para asombro de estos, y recuerdo de aquellos que ya no podrán vivir sin sus gadgets, sus interfaces y sus apepés. Todo se volcará en cientos de miles de millones de servidores que recrearán eltodo instantáneamente. Como si el puzle de nuestro medio natural y humano que hay dispersado por la tierra se estuviera integrando -del latín, integrare: dejarlo como estaba- para que dispongamos de todo lo queramos cuando queramos a través de nuestros teléfonos inteligentes.

      Y con un afán doblemente registrador, puede que por un lado google earth tarde mil años en geo-cartografiar nuestro planeta por completo. Mientras tanto nosotros por otro, a través de las redes sociales, las páginas, los blogs, los periódicos digitales, etcétera, iremos cronologizando en el mismo espacio nuestras propias vidas y experiencias, en una suerte de macro diario global. Pero nada de esto deja las cosas como estaban. Un trasiego constate y creciente de información, dotado de la mayor capacidad de captación de atención dirigida a cada uno de los miembros de las formas familiares que se den en el futuro, en todo momento bien atentos por separado a sus pantallas, aplicará algoritmos y determinará de una manera u otra nuestras búsquedas. Mientras fluye la información, se paga por nuestros datos, y nunca en la historia mundial de la piratería se habían dado como ahora tantos y tan prolíficos piratas solitarios, corsarios al servicio de poderosos estados, bucaneros contrabandistas de datos, negreros esclavistas de cuerpos virtuales, saqueadores de derechos intelectuales, de identidades y de cuentas corrientes: hackers. Que si se me permite el comentario, siempre me ha dado la sensación fonética de ser unos tipos que tienen a la sociedad de consumo digital en permanente jaque. Aunque lo que se dice -no sin cierto romanticismo de club de amiguetes- en la polimorfa y autogenerada wikipedia, es bien distinto a esa idea, de qué mejor paraíso para un auténtico pirata que un abismo binario sin localización aparente en ningún sitio. “Un hacker es todo individuo que se dedica a programar de forma entusiasta, o sea un experto entusiasta de cualquier tipo, que considera que poner la información al alcance de todos constituye un extraordinario bien. De acuerdo a Eric Raymond el motivo principal que tienen estas personas para crear software en su tiempo libre, y después distribuirlos de manera gratuita, es el de ser reconocidos por sus iguales”. Esto, según el propio diccionario de los hackers. Y eso es ya un diccionario -el de los hackers-dentro de otro diccionario -el de la wiki- y así podríamos seguir. Por mi parte no quiero entrar en ese debate, y suelo pensar que no existe una versión de su papel en ese espacio sin la otra. Mención aparte dentro de esta discusión habría que hacer de Anonymus y sus acciones a nivel mundial y qué papel jugarían en el futuro.



      DESCOMPRESIÓN.
      Reducción de la presión del medio real hacia el virtual.


      Pero la cuestión aquí es el impacto que todo ese mundo nuevo causará al menos en las tres generaciones inmediatamente afectadas. La primera, la de cuatro de los autores de Irreversibles, y un cuarto de la población mundial, es la generación a caballo entre los que solo conocieron la pizarra de tizas en el colegio, el instituto e incluso en la universidad; y ahora, trabaja con, y/o está habituada al uso constante de las TICs -tecnologías de la información y la comunicación- Teniendo en cuenta que según datos de OSCE el 46% de la población mundial tiene acceso a internet y un 75% teléfono móvil. Yo mismo abrí mi primera cuenta de correo electrónico en Hotmail en el verano de 1997. Me registré en Facebook en 2007. Tengo Web propia y Blog desde 2008 y cuenta de Tuitter e Instagram. La siguiente generación es la de los nativos digitales propiamente dichos; los nacidos en los ´90 y en la primera década de este siglo: el quinto de nuestros autores. Y todos los miembros de estas dos generaciones estamos en plena era de la simulación 3D, de los logotipos, la mercadotecnia y el GPS. Y entre otras cosas ya estamos obligados a cuestionarnos cómo nos llega y cómo generamos la información. Por último, la tercera será la que de forma más natural asimilará todo tipo de cambios en el ser y estar dentro de la red, puesto que ya les habrá precedido una generación plenamente  neo-virtual, y la alfabetización digital -en el uso de TICs- será algo consustancial a ellos mismos. “El éxito de los interfaces gráficos ha consistido en vincular en un entorno visual próximo operaciones informáticas que se realizan en un lenguaje de gran complejidad. La expansión social de internet ha dependido en gran parte de esas nuevas convenciones gráficas. Convenciones que propician una práctica intuitiva, metafóricamente espacial de las operaciones que lleva a cabo la máquina” La Pieza Huérfana. Relatos de Paleo-tecnología. Víctor del Río.






       Ellos y nosotros continuaremos añadiendo datos, sumados además a los que acapara el impertérrito llamado big-data, integrándonos en una especie de común digitalizador, de manera irreversible. Pero nada de esto deja todo como estaba. Nada detendrá la idea de que tendremos que cuestionar o reformular nuestra noción de realidad objetiva, por supuesto de verdad; y más allá quizá, la de nuestra propia naturaleza, en la medida en la que cada vez más somos catalogados como información.  El debate acaba de empezar. “Los seres humanos no son información excepto de manera metafórica. La comida no es información. El placer no es información. La vida no es información. De manera que cuando el universo es definido como información, es mucho lo que se está quedando fuera. Se invertirían grandes recursos emocionales en la noción de comunidad virtual. Pero en el mundo real, el de la producción, el del poder y el de la corporeidad, nada esencial ha cambiado”. Zona Temporalmente Autónoma. Hakim Bey. Apéndice D: Carta a Valencia. 





        ACLIMATACIÓN.
        Del medio templado al frío tráfico de datos.

       A pesar de esto, la escala de lo que parece una estampida, una huída hacia adelante, crecerá y crecerá exponencialmente. De internet es el ahora, el inmediatismo. Y ahora el sexo, la guerra, la droga y la música son de internet. Y detrás de eso va todo contado en número de clics. Internet no sólo es la web, red, malla, trama, urdimbre…, podría decir, dibujo, cartografía, carta o mapa, que no parará de crecer como un plasma que anegará el mundo conocido. Pensad en qué diría de esto Korzybski -a propósito de que el mapa no es el territorio- y de los recortes de realidad que impone por definición todo sistema que se pretenda objetivo y científico. Pero claro, como internet, exactamente no lo es… Imaginad ahora a los cartógrafos del cuento de Borges "Del rigor de la ciencia". Se quedarían fascinados ante la dimensión y la extensión de esa maraña de eones de bits viajando sin fin ya posible a través de la fibra óptica a velocidades próximas a la de la luz que se extiende por el planeta. Se cegarían ante la visión profética de un crecimiento ad infinitum. Superando al territorio. Que si hablamos de mapa y territorio, es porque en teoría el primero es finito y el segundo infinito. Pero hablar de Borges, es hablar de hiperrealidad. Y en ese diminuto relato hace referencia a la obsesión del ser humano por representar la realidad con una precisión enfermiza. Una crítica a la ciencia que se olvida del propio ser y sólo quiere acumular información y replicar el universo que nos rodea, hasta el punto de crear un mapa del mismo tamaño que el imperio al que debería representar. En este momento, quiero pensar que ni el mismísimo Borges hubiera imaginado algo así.  Que internet en general, y el uso de las redes sociales y las apepés para todo tipo de relaciones en particular, han dejado muy atrás el plano conceptual y metafórico de su hiperrealidad, y construyen a la mayor de las velocidades el escenario virtual donde la simulación y la apariencia suplantarán de facto a la realidad. Hiperrealidad. Ciberrealidad. Y sé que Borges y muchos otros no me perdonarán esto pero… si pudiera, yo me atrevería a preguntarle: ¿Don Jorge Luis; pero… ¿qué fue antes? ¿el huevo o la gallina…? ¿La hiper o la ciber-realidad? Y quién sabe lo que podría llegar a imaginar e iluminarnos la conciencia con su respuesta. La cuestión es que no podemos siquiera intuir hasta dónde alcanzará la onda expansiva de ese bigbang arácnido que se desató allá por los sesenta en el M.I.T. -Massachusetts Institute of Technology- con su proyecto de interacciones sociales a través del networking: trabajo en red. Pero se ha hecho evidente que ni los nativos digitales, ni la generación a caballo, podremos volver sobre nuestros pasos, y percibiremos la nueva realidad ciberespacial como auténtica: un puro sofisma -desde el punto de vista platónico de la expresión- donde todo depende de una posición relativa. Hemos pasado de una sociedad del espectáculo/simulacro, a la muy pulcra de la escenificación, que ya parece obsoleta ante la simulación de la presencia que se da entre pantallas. Esencia poca. Relativismo a tope. Y como ejemplo valga que Eurípides y sus acólitos sofistas, tenían claro allá por el siglo IV antes de Cristo, que la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte, son las únicas conductas que compartimos todos los humanos -¿solo los varones? pregunto yo- Y ante la duda sobre si la respuesta acerca de la violencia ejercida por el dominio -de los varones- también es un sofisma o no, y si también vale para mujeres- se sabe que algo así ya está ocurriendo en ese imparable cosmos -por no llamarlo con la siempre asfixiante, red- donde no sabemos aún por lo que acabaremos pagando. Pero lejos de querer caer en ciberespacios oscuros, prefiero hacerme preguntas como ¿terminaremos todos wikeados; o sea, con nuestra propia entrada en la wikipedia, por cualquier cosa que hayamos hecho? ¿y si no todos, al  menos la mayoría de nosotros? o si por el contrario, ¿se establecen dos nuevas clases sociales globales divididas entre tecnófilos y tecnófobos; unos que serán cada vez más dependientes de la aplicaciones posthumanas de todos esos avances, y otros que no permitirán que la tecnología y la especialización de todo tipo de redes sociales interfiera en sus vidas -al menos de manera significativa en sus relaciones- en un intento de volver al contacto directo? No hay duda de que estas y muchas otras cuestiones se irán manifestando por sí mismas a través de cómo nos relacionemos en este neocosmos.

      Por eso no hay nada mejor para mitigar la posible inquietud e intriga por desvelar hasta dónde podremos controlarlo de manera global, o hasta dónde nos podrá controlar a nosotros, como el entusiasmo de estar asomándonos a un futuro donde las herramientas que se emplearán se están diseñando ahora y aún no sabemos para qué.





        EMERSIÓN. 
       De los dispositivos informáticos a la caja de herramientas.

   Las sociedades de los siglos XIX y XX se diferencian claramente de la sociedad del siglo XXI en el concepto que tiene cada una de “herramienta”. Para la sociedad  industrial del XIX y la de la comunicación del XX, herramienta -del latín, ferra mentum, formado de hierro- podemos generalizar, sean manuales o mecánicas, que es todo aquello que representa una proyección de su anatomía, para facilitar una tarea que requiere una cantidad concreta de energía. Mientras que para la sociedad del siglo XXI -sobre todo para las personas integradas en la web 2.0, que no somos meros espectadores o consumidores de la información, sino que, de manera sencilla, nos hemos convertido en protagonistas de este proceso, dando un paso más para ser sujetos activos, publicando opiniones, escritos y cualquier tipo de archivo multimedia, y compartiendo inquietudes, búsquedas, y proyectos- esas herramientas son una proyección de nuestro intelecto. De ahí que a nuestra sociedad actual se la conoce como La Sociedad del Conocimiento. Registramos, intercambiamos, procesamos y protegemos información.

        Irreversibles, se han alojado deliberadamente desde ese punto de vista, en el concepto manual de herramienta, y en cinco muy concretas, como contraposición a las herramientas informáticas, para identificar su intención de no perder el referente esencial y la relación íntima que existe entre determinados sujetos y objetos. Si una persona que se dedicaba a herrar caballos era un herrero; aquellos que producen y promueven blogs, son blogueros. Y esto es extrapolable a decenas de relaciones actuales entre nuevas actividades y nuevos productos. Y que como hemos visto, seguirá en aumento. Con ello surge la necesidad de una alfabetización digital constante, para que de esta forma se nos brinden más herramientas para enfrentarnos a los retos propios de la sociedad del conocimiento. Pero en todo ese proceso, el del paso de la relación manual y mecanicista con un tipo de herramientas, a la asepsia digital de la relación con las herramientas informáticas, parece evidente que por un lado algo se pierde y por otro algo aparece. Pasamos de la identificación de un actor dada su acción, a la identificación de un presentador a través de su presencia. La actividad de herrar te convierte en herrero. Pero para ello necesitas establecer unas relaciones manuales a través de una realidad objetiva, material. La actividad de procesar información y generar conocimiento te convierte también en procesador, en generador. Como una pieza más de un sistema integrado que promueve el desarrollo de un espacio virtual dentro de un lugar intangible, el neocosmos del que he hablado: el ciberespacio. 





        IDENTIFICACIÓN.
        Del salto al vacío con red.

        Igual que un día se pasó del concepto de obra maestra al de obra de arte, sustituyendo la complejidad técnica como valor en sí mismo, por el aspecto conceptual, superando así la estricta relación manual entre un autor y su obra, hoy se diluye la esencia de cualquier actividad desarrollada en un plano real y aparece la presencia virtual. Dentro de este contexto, Irreversibles, han vuelto de los sistemas operativos, procesadores de texto, hojas de cálculo, presentaciones digitales, correos electrónicos, chats, foros, audios, videos, wiki´s, blogs, webs, podcast, etcétera, al destornillador, el alicate, la sierra, la llave fija y el martillo. Un conjunto singular de herramientas básicas con las que fabricar -del latín, fabrica: arte u oficio- del verso a la línea, de la estrofa al conjunto, del poema al texto, IRREVERSIBLES POÉTICA COLECTIVA. Una re-presentación de mucho de lo que nos rodea, y cómo nos rodea. Sobre todo reflejando de qué manera la sociedad de consumo primero, con su caballo de batalla, la publicidad, y su territorio, el cuerpo,  y la sociedad del simulacro después, y su gran escenario virtual, el ciberespacio, determinan nuestro mundo, sus relaciones, y transforman nuestro lenguaje. Y como se sabe, lenguaje siempre se contrapone a realidad. No vemos el mundo que es, si no el que somos, y en este sentido, somos lo que somos capaces de describir. E Irreversibles, son partícipes e intérpretes del impacto del lenguaje publicitario y la re-evolución del lenguaje del ciber-espacio. De ahí que la contraposición que llevan a cabo entre herramienta manual y herramienta informática, no se manifiesta como un enfrentamiento antagónico, sino como una asimilación; una superación y un reflejo poetizado, de unas en otras. Se muestra cómo a uno y otro lado del frío ciberespacio, es útil manejar un surtido básico de herramientas, no solo informáticas. Un destornillador de montaje, un alicate de sujeción, una sierra de corte, una llave de apertura y un martillo de golpeo, son los objetos con los que se construye un poliédrico mural, irreversible, a las puertas que dividen uno y otro escenario. El ciber y el real. Una amplia experiencia plástica y poética de afuera hacia dentro y de adentro hacia afuera.  




        ECLOSIÓN.
        Del territorio físico al mapa virtual.

        Una ola social toma las redes. La poesía ocupa su puesto; al pié del ratón, y con todas las gigas de la fibra como principal recurso. Las consolas conquistan las plazas. Nunca en ningún momento de la historia de la cultura se había dado tal proliferación y en tan distintos espectros, estilos y calidades, de todo lo que podemos abarcar con el término poesía. En mucha mayor medida está ocurriendo con la música. Pero en todo caso esta abundancia creativa, el mayor acceso a los medios, la multiplicidad de soportes, físicos y digitales, y la buena respuesta por parte del público y de entidades públicas y privadas, nos sitúa en un momento, al menos para la poesía como fenómeno, cuando menos, dulce y entusiasta. Y todo es producto, entre otras importantes razones, no tanto de la revolución informática en sí, como de internet, sus herramientas propias y a las redes sociales. Pero tengo que decir en general que -a pesar de que el retroceso del mundo editorial en papel con respecto a las plataformas digitales es un hecho con tendencia constante de ser así- en parte y en menor medida, muchas editoriales digitales y en papel, especializadas en el género, se benefician, y han creado su propia red física de eventos, encuentros, clubs, etc. Ahora se cuentan más que nunca festivales poéticos, competiciones, jams poéticas, ferias alternativas, colectivos dedicados a las intervenciones, etcétera… y lo más importante de todo, además de que está sucediendo, es que sabemos que sucede, porque está en la red. Que viene a ser como decir a lo Jung, que está en el ciberconsciente colectivo. Te hayas enterado o no de lo que era el otro; el inconsciente.  

        Supongo que todos entenderán que hubo un tiempo no muy lejano, entre los `80 y los `90; después de la LODE -la Ley Orgánica del Derecho a la Educación 1986- y antes, no de los teléfonos móviles, si no de internet y las redes, Facebook, Twitter, etc, en que la  poesía era una cosa antigua que no interesaba a nadie. Su ámbito social se reducía, amén del de los estudiantes de filología -no todos- y algún profe taciturno de literatura, a la carpeta –archivador de documentos, apuntes, en folios- de los alumnos del Insti, de las que unos copiaban las citas y poemas de otros, una y otra vez, hasta alcanzar el anonimato. Y su singular territorio era, la adolescencia. ¿Qué ha sido de acrónimos desaparecidos como este -porque por su presunto autor no me atrevo a preguntar-?





“En la calle de la A,
me encontré con la M,
y me dijo que la O
estaba loca por la R”.

¿o qué ha sido de los ripios romanticoides con acné como este?

“No te fijes en la letra
 ni te fijes en la escritura,
fíjate en quién te escribe,
que te quiere con locura”.

¿y de versos sueltos anulares como este?
            
“De mí para ti por ser tú”

        O lo que es más importante, ¿dónde están esos y todos los demás poetas? No es necesario que conteste. Ya hay quienes afirman que el salto de la muy seguida poesía carpetera de los INB´s -Institutos Nacionales de Bachillerato- de los ´80 y los ´90, a los blogs y páginas más o menos amateurs, más o menos especializadas de hoy, ha sido como saltar en 20 años de Altamira, al graffiti global callejero. Pero con soporte digital. Como si la poesía fuera la revolución y la red la bastilla. 

        Más allá de extrapolaciones, lo que estamos viendo hasta el momento es que los eventos, presentaciones, ediciones y actos relacionados directamente con la poesía, se dan a uno y otro lado de la red con la misma espontaneidad. El escenario ciber y el escenario real mantienen cierta sinergia. Y que dure cien años dicen muchos. Los mismos que decimos que hay tantas poéticas como personas hagan suya esa idea. Y son muchas. De la manera que sea. Igual que somos conscientes que tanto a nivel social como virtual nos encontramos, entre el tan cacareado por la red e impreso en una pared -¿de verdad?- “cuándo fue la última vez que hiciste algo por primer vez?” pasando por el ya mítico “te comería a versos” -en los pasos de peatones en Madrid de de Boa mistura- hasta intervenciones a través del lenguaje de artistas de toda talla que no cabe mencionar aquí. En ese territorio que muchos han pasado a conquistar, en lo físico, pero sobre todo en lo virtual, cabe lo inabarcable. Y los críticos y sociólogos tendrán las mismas herramientas y estadísticas que los que las generan para explicar qué está sucediendo. Irreversibles no quiere ser juez ni parte. Pero está fuera y está dentro. Como tantos otros. 



ç
INSOLACIÓN.
        De la fascinación al exceso de energía.

Para terminar con todas estas divagaciones y observar la tipología de futuros mitos, alumbrados con bits, quiero enunciar, también como paradoja, que el más famoso e histórico apagón -el colapso en cadena de la red interconectada de 375.000 voltios CANUSE del 9 de noviembre de 1965 de la ciudad de New York- que afectó a más de 30 millones de personas en el noroeste de Estados Unidos y Canadá durante doce horas, dio lugar a uno de los más notables baby-booms de la historia del siglo XX. Lástima que no sea más que una leyenda urbana. Pero el caso es cada vez que se menciona ese u otros apagones famosos, la gente lo que recuerda es el falso romanticismo de que ante la inoperatividad de toda la red eléctrica, a todo el mundo de dio por fornicar. Donde y con quien fuera. Como si llegara el fin de algo, del mundo, o al menos del mundo asistido por la electricidad. Como si la gente quisiera creer que, ya que no podemos trabajar, ni cumplir con nuestras obligaciones básicas y diarias, y sin el amparo y supeditación a nuestra red eléctrica, lo mejor es darle la cara a los más lúbricos instintos. Volviendo de alguna manera a lo que nos hace mamíferos. Pero está ampliamente demostrado y acreditado que nada de eso ocurrió en realidad. En ninguno de los casos. Pero en todos aparece la misma leyenda. Algo que quisiéramos todos que ocurriera a sabiendas de que nunca será así, por una serie de interminables razones; contrarias al instinto. Dando lugar al mito. Entonces cabe que me pregunte ¿qué sucedería si durante, no solo unas horas, sino días, y no solo en una gran urbe, sino en gran parte o la totalidad del ciberespacio mundial, se diera uno de esos apagones, o un virus que lo opacara todo, dando lugar con ello una inopinada -inusitada- y terrorífica zona oscura? ¿Volverían los seres humanos a salir a la calle? ¿Volverían a relacionarse unos con otros en un plano físico? ¿Volverían a tener relaciones directas? ¿También relaciones sexuales? Suponemos que dependiendo del grado de colapso, mayor o menor sería el mito carnal sobre el apagón informático que se construiría después. El de ”El Ciber-Baby-Bom”. Porque está claro que en los tiempos que corren los humanos prefieren creer que algo ha ocurrido, o creer que está ocurriendo, a que ocurra de verdad, y que además ellos sean protagonistas. ¿Dónde? En el neocosmos. ¿Entre quiénes? Entre aquellos poseedores de apariencia. 

Mientras, para unos la luz del poetry-boom languidece, para otros, la del ciber poetry boom, resplandece.  






        DESTRUCCIÓN DE CONSTRUCCIÓN.
        De los utensilios y del cuerpo.
        A continuación, un acercamiento a cómo en Irreversibles se da la siguiente constante: el mapa, son los objetos y el territorio, fundamentalmente, el cuerpo. Y en esta idea se sitúan en mayor o menor medida estos cinco autores. Cada uno personificado en una herramienta, y si cabe, su lenguaje, y con su uso particular, si puede, en su poética. Que si pensamos que si el movimiento es desde los objetos, las herramientas, el mapa; entonces el cuerpo, es el territorio. Y ahí caemos de nuevo en la idea borgeana de inabarcabilidad. Pero en este caso lo importante es el intento, y eso implica al menos una inmersión, un conocimiento, o una destrucción. De donde se construye con las mismas herramientas de nuevo el cuerpo que se vuelve a destruir y a reconstruir, etcétera. Como aquellos que disgregan un puzle en el momento siquiera de haberlo concebido. Y empiezan otra vez. 

       Una cierta identificación de los autores con esa relación simbiótica entre forma y función de cada una de sus herramientas. 

        Está claro que no he querido empezar archi-nombrando el concepto más recurrente de los últimos 30 años de arte, filosofía, vida y poesía.  El viaje de Irreversibles es una destrucción, construcción, destrucción, re-construcción, constante. Y valga que hoy en día se puede de-construir hasta unas gafas para la vista ¿Te las imaginas? Pues si no lo has hecho, ahora, y antes de asomarnos a cada uno de los autores por separado, valga este poema de-constructor de objetos poeticotidanos: 



                 en las dos
           D      E U   N A  
sillasatappatas

             sebalanceaba

             sebalanceaba

                 sebalanceaba
                     sebalanceaba

sebalanceaba

                SU- vIDA 

S U C I R C U N S T A N C I A










IMPOSTORES IRREVERSIBLES. Emilio Papel









martes, 13 de diciembre de 2016

A SANGRE. Festival Editorial






Mercado libre editorial. Poesía, editoriales artesanales, fanzines, autoedición y demás ediciones libres y distintas.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

SuperSer. Poema Antiespectacular (5) Antonio Méndez

Video-poema del libro titulado "SuperSer" de Antonio Méndez.
Música de Luis Mayo. 
Produce AtaraxiA. bAdajoz016





viernes, 23 de septiembre de 2016

IRREVERSIBLES EN EL ALEATORIO. Malasaña. Madrid.


     Esta tarde a partir de las 21:00 horas estaremos Los Irreversibles en El Aleatorio de la Calle Ruiz de Malasaña, Madrid, a dar todo lo que no tiene vuelta de hoja. 




viernes, 19 de agosto de 2016

Irreversibles en Villanueva del Conde. Crónica


Todo tiempo irreversible fue mejor

El mundo posee ya el sueño de un tiempo cuya conciencia
 tiene ahora que poseer para vivirlo realmente.
Guy Bebord. La sociedad del espectáculo.









Por segundo año consecutivo y gracias a la amabilidad y la generosidad de Ulises Lorenzo y Flor Rodríguez, volvimos a encontrarnos en su antiguo lagar -hoy convertido en un precioso e idílico jardín- para compartir con un nutrido grupo de habitantes y visitantes de Villanueva del Conde, nuestra forma de entender la lírica que nos rodea. Esa idea, de que la poesía está por todas partes y que cualquier cosa, emoción o pensamiento, es susceptible de convertirse en materia de la misma.





Como no podía ser de otra manera cada vez que nos reunimos Los Irreversibles, dos graciosas anécdotas, una nada más llegar, y otra antes de irnos, marcaron nuestra visita a Villanueva –para nosotros ya para siempre convertido en Villanueva del Jose. Luis Somoza y Ángel Armadanzas, ya se encontraban con Ulises y su hijo Lucas en la terraza del Bar Las Madras de la plaza del pueblo, cuando Bea, Miguel y Emilio llegaron y aparcaron justo en la cuesta de enfrente. Dentro de la plaza conocida como El Bote. No habíamos pedido una caña cuando alguien del pueblo corriendo hacia abajo y gritando dijo. “¡el coche! ¡el coche!” Miramos todos hacia allá, nos levantamos, y solo pudimos ver cómo el Ibiza de Miguel se estampaba contra el pilón. “Joder, Miguel; el freno de mano, tío” Dijo alguien.




Nos acercamos enseguida al coche, y respiramos aliviados al ver que solo se le había hundido un poco el faldón derecho, que el pilón de granito estaba intacto y que la media docena de niños que estaban jugando por los alrededores habían salido corriendo de allí y no los vimos más. Señal de que la suerte nos acompañaba. Aunque el agorero de Luis soltara una de sus frasecitas del tipo: “esto es una mala señal” “Venga hombre…” Le respondió alguien. Afortunadamente pasamos del susto inicial a las risas muy rápido…




      Para abreviar; Luis, Ángel y Emilio se alojaron en una de las casas de Ulises y Flor (www.casasenbatuecas.com), cerca de la plaza de la Iglesia, y Bea y Miguel con Jose en la suya, al lado del Lagar. Después de instalarnos nos dimos un bañito en la piscina de la casa rural, cenamos algo, de nuevo por cortesía de nuestros anfitriones, y nos preparamos para la presentación de Irreversibles-Poética colectiva. A eso de las 11 ya estábamos todos a punto y El Lagar, también conocido como La Prensa –una antigua prensa de aceite que aún conserva una muela cónica de considerable tamaño- presentaba un lleno casi total y alguna caras conocidas; como la del propio padre de Jose, el señor Sebastián, a los mandos de su video-cámara analógica, y el editor Ricardo Novelnobel (www.novelnobel.com/wordpress/) y su hijo en primera fila. 

















La crónica de la secuencia es crónica


La base natural del tiempo, el cálculo sensible del transcurso del tiempo,
se vuelve humano y social al existir para el hombre.
Guy Bebord. La sociedad del espectáculo.

La noche era cálida y serena; como un regalo del verano, rebosante de aromas y entusiasmo, dado que nos encontrábamos en plena sierra salmantina a mediados de agosto -entre Sequeros y Miranda del Castañar; que para quien nunca haya estado por allí, decir que no era necesaria ni una chaquetilla ni una manga larga: solo la avidez de todos los sentidos para los que la naturaleza brindaba en nombre de nuestra conciencia.








Emilio Papel fue el encargado de saludar y dar las gracias a los asistentes. Explicó brevemente en qué consiste el proyecto Irreversibles, y el porqué de hacerlo de manera colectiva. Y en seguida, se centró en recitar la parte que le correspondía, denominada “Hijas de un mismo clon” Un alegato en voz poética femenina, feminista y militante que no escatima imágenes para reclamar la libertad del cuerpo y de la conciencia:

      "sabed que
mi cuerpo
que es mi iglesia
y mi farmacia
tiene dos puertas
además lo rodea un campo magnético
que repele cada nombre que ponéis a mis tetas
y de noche es como si a mi plaza
por culpa de Aristóteles
se hubiera venido a vivir Platón…”





       La respuesta del público fue cálida e intensa. Pero una vez abierta la caja de los truenos, o encendida la máquina de los sueños, no sé… tomó la palabra Jose Payán, nuestro anfitrión, con su natural parsimonia. Aclaró que era posible que algunos reconocieran parte de la realidad, de referencias al pueblo, en su discurso; una especie de anti-monólogo interior, como algunas veces he oído denominarlo, y que lleva por título Funky. Y del que nosotros mismos, y quizá el propio Jose también, no llegamos a saber del todo cuando Jose es Funky (pronunciado tal y como se lee en castellano, funky) o cuando Funky es Jose. 

      “Tienes el vaso cerca de la mesa, tiene escrito funky por la cara A y por la otra cara never walk alone4, por la cara B queda solo el asa, si una taza puede tener tres caras y no es un triángulo pero tampoco es una vaso entonces qué es? No lo sé, puede que un cartel, puede que esto que escribo ahora lo escriba porque tengo tiempo” 







         Pero no puedo continuar este relato sin mencionar que José Payán es protagonista íntegro del suplemento número 4 de la revista Pangea (Verde). 

       Revista de Creación Literaria PANGEA

       Una formidable revista de creación literaria ideada, creada y editada por Miguel Valdelagua y Carlos Álvarez que siempre sorprende por la calidad de los seleccionados.

 Se despachó a gusto con los dos párrafos iniciales completos, y si bien es cierto que Villanueva es su pueblo, que juega en casa y todo el mundo le conoce, tampoco es menos cierto que el público le brindó una cerrada ovación al finalizar.

Esa noche contábamos con dos magníficos colaboradores para amenizar con música la velada. El primero de ellos, Lucas Lorenzo, hijo de Ulises, guitarrista y compositor de 17 años, era la primera vez que se enfrentaba a tal cantidad de público. Pero al momento los nervios dieron paso a su canción “Mi mala suerte” de su nuevo disco, que verá la luz el próximo septiembre con el título de Astenia. Ni que decir tiene que todos aplaudimos con emoción…



            



















   El siguiente en agarrarse al micro fue Miguel Valdelagua, para explicar a unos y recordar a otros, que los adolescentes de hoy, viven en un mundo en torno al centro de enseñanza, o sea, El Insti, sustancialmente fragmentado. Que apenas son capaces de acabar una frase… Como si todo en sus vidas formara parte de una representación en que las escenas se suceden inconexas y por separado; y los sentimientos y los cuerpos percibidos a cachos, son una porción de su propio decorado… Como si lo más deshumanizado del discurso postmoderno se hubiera hecho con su ethos con su logos y su pathos para crear con todos ellos un helado; de tutti-culti o multi-frutti, vete tú a saber… Y que el propio Miguel, no sin cierta inocencia, llama Caramelo Cowboy

      “Mis caderas se comen
la suavidad de tus gafas de pasta
mientras
me contoneo
piensas en cómo endulzar el cruasán
ya
no hay tiempo
para tus devaneos
te tengo
me aburres


    Hasta aquí, todo más que bien… La intensidad de los aplausos iba in crescendo, como si una ola fuera preparando otra mayor y así sucesivamente.
Era el turno de Luis Somoza. Caracterizado por la cadencia de su voz y la concatenación de imágenes sacadas a medias de la ciencia ficción del día a día en una oficina y de las pesadillas generadas durante la vigilia. Versos interminables que se te agarran a la conciencia y no te sueltan hasta que llegas a casa. A la protección de los azulejos y las alfombras. Grande y largo como él, en el mejor de los sentidos, interpretó para los asistentes su “No había nada de amor” Un extenso poema de drama ficción incluido en Irreversibles, que recita de memoria sobre un fondo musical del grupo canadiense God speech you black emperor. La constatación de que el fin del mundo y el fin del amor están confeccionados con la misma épica y en el fondo son el mismo cataclismo.

       No había nada de amor

Así que después del tsunami que arrasó El Lagar al término de la intervención de Luis, lo ideal era entonces acompañarse de un gran amigo y cantautor que relamiera las heridas de los asistentes. Las cerradas hace tiempo y las que quedan abiertas. Entonces nadie mejor que Ángel Armadanzas, con su versión de Leonardo García, “Bailando en la telaraña” para descansar y dejarnos mecer por su melodía. 

      “Pasa la gente del brazo de la situación
os árboles se ríen de los caprichos del tiempo
este y oeste se funden en contradicción…”

Y hasta aquí lo que llaman la primera ronda. Que en todo caso debe referirse a Irreversibles, Poética Colectiva. Después de los merecidos aplausos, empezaron la segunda vuelta libre… o si se prefiere, aquello que cada uno de ellos aporta, más allá del proyecto común.
Emilio Papel volvió a la carga haciendo una breve presentación y reseña de su conocido Minibuk titulado Casi Amor -y que Jose, se había encargado un par de semanas antes de pegar los correspondientes  Poemas-Anuncio en forma de carteles, por el pueblo. Creando cierta expectativa. Lo que en ese caso constituye en sí otra obra: la de SPS. (Sociedad Psicogeográfica de Salamanca) conocida como Textualizaciones (o la acción a través de los textos). 

SPS. Textualizaciones. Cartel DA2


SPS. Textualizaciones en Salamanca

Leyó dos de ellos: “BUSCO” Y “TRASPASO”. Poemas que siempre calan por la capacidad de identificación que poseen.
Después de eso y por petición popular pasó a recitar otro de sus hits: “Uno de mil argonautas” Un sublimado canto a la vida y al amor, inspirado en los viajes a través del tiempo en pos de los arrecifes de coral: auténticos generadores y motores de la existencia. 



Y por último, nos dejó sin aliento con el poema “Adán y Ella” Una secuencia de cincuenta versos en imperativos hexasílabos, heptasílabos y octosílabos pertenecientes a su último poemario “De la carne la piel”, que arrancan con cierta sensualidad, para arrastrarnos con un ritmo implacable hasta un intenso clímax final:

      “ama en silencio
salta de la cama
y besa por los dos
suéltate el celo
cabalga sin monturas
y acaríciame por dentro
asómate a mi vida
entra de una vez
dirígete al verano
agárrate al timón
resbalate por él
y dime ¿con qué sueñas?
con medias naranjas
con dobles manzanas
con bananas morenas
sécame esa duda
o construyete un deseo
pero déjame monta
hazlo por nosotros
hazlo por nosotros
hazlo por nosotros

enfundate ese látex

espósame contigo

fustiga la verdad

ama por la espalda

mírame a la cara

empuja hacia atrás

carga la seis balas
apunta bien al ansia
acribillala sin más
métete todos mis machos
sácate todas tus hembras
ponlos juntos a sudar
menea esas tormentas
frótalas contra mi credo
grítalo a los cuatro tiempos
viva la saliva
viva la saliva
viva la saliva…
visualiza un dejavú
gira en torno a ti
entrégame tu boca
y cómete mis horas
bébete mis fiestas
di siempre que sí
siempre que sí
siempre que sí
hazlo por nosotros
hazlo por nosotros
ama… por nosotros

La mano otra vez era de Jose Payán; y fiel a sí mismo y sin el acorchamiento lógico del recital del año pasado, nos leyó “Tanzania”, un cuento para niños pero sin niños. Y acto seguido, volvió a reseñar que un día habitó dentro de un hexaedro del color de la mente; y que volvió para contarlo. 

   “Salí un día de mi cubo azul, pasee por calles tan estrechas que se tocaban los tejados. […] Vendí mi casa para dar la vuelta al mundo hasta el fin del mundo. […] Soñé que por fin desaparecía. […]
Apagué las luces de la ciudad. […] Regalé mi alma a uno que tenía dos, luego me enteré que buscaba almas perdidas. […] Le quité las alas a todas las moscas sin pareja. Por fin barrí la plaza Mayor. […]
Volví al centro comercial, volví al mundo real, añoré la rutina de los demás...
Liberé a una mariposa de su jaula de grillos. Hablé con mi madre.
Me fui a dormir con la doncella de acero.
No se puede hacer daño al agua, no la puedes golpear.       Puse la tele y había muertos y risas”

        “Salí un día de mi cubo azul” es por derecho propio y allí donde lo lea, el velo que cada uno de nosotros pone sobre la frontera entre lo que queremos ser y en lo que podemos llegar a convertirnos. Un velo hecho en parte de vértigo y en parte de incertidumbre. Un velo que separa  lo posible de la locura. Otro gran Hit para Josele. Continuó con “Puertas” y “Perdidos” Dos textos que transitan por su imaginario particular. Un imaginario construido a base de percepciones cotidianas y el ensimismamiento del que se sabe de alguna manera en el margen del mundo, entre las visiones de Aldous Houxley a las puertas del reino maldito de Tom Waits, y la fascinación que destila una voz de heroína de las heroínas como la de Nico y la rabia inspiradora que te inocula cualquier canción de La Polla Records. Además Jose está convencido de que más de un ángel revolotea por aquí. Lo que no sabemos es si nos vigila, nos protege, o por el contrario debemos liquidarlos.

    A continuación volvió el turno a Miguel Valdelagua. Parecía poseído por un espíritu mitad Mercurio de la Sierra, mitad Funcionario de Baco... Como si sus primos griegos Hermes y Dionisio se hubieran hibridado dentro de él para darnos a conocer su última revelación: "La estática nos puede borrar como el polvo en la bolsa de cartón de tu aspiradora doméstica" es una especie de conjura bilingüe y bilingual en verso, primero en español y luego en francés, que se constituyen como los dos actos más gloriosos de este mundo material. Eros y Tánatos bailando al son de los vivos...


“Hagamos un trío con la noche
Invoquemos a espíritus adictos a la coca
Tú y tu mismo sexo abriendo mi garganta
despertando       mis gargajos

Te encontraste a ti misma y tuviste que matarte
No pudiste soportar ser la mala de las dos
Nos hicimos el muerto en la cama y en el sofá
Tu piso estaba sucio para que me diera cuenta
Esperamos un platillo volante que se estrellara contra
nueva york
Quisimos eliminarlo juntos
Me recordaste todos los hombres que quisiste besar
Y que besaste
Jugamos juntos al juego de la telepatía
Me arrinconaste en una esquina y caminaste desnuda
hacia mi
Nunca quisiste tocarme
Nunca quise tocarte

Hicimos un pacto
Trituramos nuestros dientes de leche en una sopa
Preparamos una trampa para animales salvajes
Me susurraste al oído el nombre de tu padre fallecido
Te quise prender fuego
Nos hicimos los tartamudos
Hablamos  sin mirarnos de cosas sin sentido
Me repetiste al oído el nombre de tu padre muerto
Sacrificaste una araña en nombre de mis testículos

Oui
Je suis la femme terrible
Qui te tosserá pour le temp inconnu.
Tu ne sais pas ce que je sais
La heur quand tu serás morte
Dans ma lit
Et je vais regardé
Et je ne pouvrai pas achetter de rire
Je  vais rire de tes yeux tous fermées
De ton lien nué
De tes libres
Et de ton corp
De ta sourire
De tes lunettes
Que jai cassé parce que je les hais
Je vais rire
De ton petit peur de la mort”


  A veces resulta increíble constatar cómo la gente entiende francés sin haberlo estudiado; solo dependiendo de la atmósfera en la que se escuche y de la pronunciación, claro. Que en el caso de Miguel fue bastante correcta. Pero, en mi opinión, esa circunstancia se dio más por el espíritu de aquellos que poseían a Miguel, incluido el vino, que por el supuesto parecido de las dos lenguas.
    Ya tenía a todo el mundo en el bolsillo, así que muy seguro de sí, continuó con “La esquizofrenia es un objeto a utilizar” Texto esquizoide donde los haya. Pero si la esquizofrenia es la demencia, el delirio, la alucinación, pero sobre todo la mente escindida, separada en dos de manera irreconciliable, aquí se nos presenta también en dos partes como si de dos bucles correlativos se tratara. Y más allá de las referencias claras, en el primero a los objetos en sí, y en el segundo a lugares y personajes, es el ritmo y la iteración lo que hacen de este poema digno de su inclusión en un estudio psiquiátrico. Al menos por el desasosiego que produce. 

I
la esquizofrenia es un objeto a utilizar
la esquizofrenia debe ser un objeto a utilizar
la esquizofrenia debe ser 1 de los objetos a utilizar
la esquizofrenia debe ser uno de los objetos
la esquizofrenia nunca pasará la gran final
la gran final será qué jaja sí tú, qué, no quieres jugar?
la esquizofrenia de los objetos que tomamos del
universo que tomamos de un poco más lejos allí donde
las nubes cantan de alguna forma
la esquizofrenia de los objetos a utilizar
la esquizofrenia del objeto
la esquizofrenia de algo que quiera decir algo de lo que ya se había hablado pero no había quedado del todo claro
la esquizofrenia de lo claro
la esquizofrenia de los objetos claros
la esquizofrenia como un objeto a utilizar
la esquizofrenia como un objeto a ser usado
la esquizofrenia como uno de los muchos objetos que podemos encontrarnos por ahí tirados
la esquizofrenia como el objeto que nadie mira
la esquizofrenia como la forma del objeto a utilizar
la esquizofrenia como objeto
a utilizar

II
la esquizofrenia pulula por el aire como un objeto que mira
la esquizofrenia del objeto que amasamos en la cornisa de los edificios
la esquizofrenia de las azoteas
la esquizofrenia como un objeto que viaja
la esquizofrenia del objeto que viaja
la esquizofrenia de los objetos en el amanecer
la esquizofrenia de los objetos en una terraza
la esquizofrenia de un ático en Madrid
la esquizofrenia del cigarrillo en un balcón de Madrid
la esquizofrenia de la movida madrileña
la esquizofrenia del objeto que viaja de Madrid a Astorga
la esquizofrenia del atardecer
la esquizofrenia de un atardecer en Astorga
la esquizofrenia de los objetos en una casa de castillo de las piedras
la esquizofrenia en la Astorga de los Panero
la esquizofrenia en uno de los panero como objeto
la esquizofrenia del objeto Michi Panero que viaja
la esquizofrenia del desmayo de Michi Panero
la esquizofrenia del alcoholismo en una terraza en Astorga
la esquizofrenia del alcohol como objeto
la esquizofrenia de la muerte de Michi Panero
la esquizofrenia del recuerdo de la muerte de Michi Panero
etc.


Después de esta larga descarga, y no contento con la inquietud que estaba produciendo en los asistentes, se lanzó como no lo habíamos visto ni oído nunca a una desconcertante improvisación, en la que no dejó de asimilar su particular martilleo sobre la esquizofrenia, con cualquier acontecimiento relacionado con nuestra visita a Villanueva del Conde. Por ejemplo con la esquizofrenia del coche contra la fuente, con la esquizofrenia de una piscina de una casa rural, con la esquizofrenia propia el lagar, con la esquizofrenia de Emilio Papel frente a un arrecife de coral, y así casi ad infinitum…  A alguno todavía le resuena el eco de tanta locura que pensamos que no iba a parar…


A falta de un solo término para definir a Luis Somoza, tanto en lo literario como en lo personal -en su caso indisociable- habrá que inventarlo. Pero seguro que mientras tanto, una parte de uno quiere estar en el otro mientras el otro ya ha vuelto sobre sus pasos ahora y siempre, de aquí al infinito. O sea el tipo ubicuántico o cuantibicuo que no se puede estar quieto en ningún sitio. La lima que se come la termita. El contracaos. La sinorganización. El infraorden.
Pero esta vez, y en contra de lo que se podía esperar, nos sorprendió con una de sus textos más breves y sosegados. Uno de los muchos sin título y que comienza 

     “Hoy es bueno no hacer nada/ podría ser incluso mejor
Pero sé que todavía alguien/ me espera detrás de esta         puerta
[…]
Quizá mañana llegue nuestra oportunidad, no lo sé,
Pero hoy es de esos días en los que estoy en paz
con mi sistema nervioso central
Me siento bien en mis pies. Hermano
Soy como un dios patentado
en mi propio estado de ánimo,
con mi propia fuerza de la gravedad”

      Por una vez, parecía haberse reconciliado con el cosmos. Sin lucha, ni conquista. Sin ansiedad ni insomnio.
Hasta aquí y en su conjunto, se puede resumir como una velada agradable con momentos de distensión con algunas bromas, y otros de intimidad y emoción, ante la profundidad de algunas construcciones y otros lugares poéticos muy conseguidos. 
Pero estaba muy entrada la noche y el público se había reducido a la mitad; aunque el que permanecía se mantuvo en sus sitios con un silencio inmutable, apenas matizado por algunos gestos de asombro y satisfacción. Más fiel a los poetas que ellos mismos a sí mismos, si se me permite decirlo así. Por allí estuvieron un rato más mientras recogían y firmaban algunos ejemplares… Hasta el momento en que Emilio fue a la casa para recoger su cartera y tomar un gin tonic en la plaza del Bote con el resto del grupo y regresó diciendo que no la encontraba.

Toda anécdota es irreversible


El proyecto de una […] vida histórica generalizada, es el proyecto de la descomposición
de la medida social del tiempo en beneficio de un modelo lúdico de tiempo irreversible.
Guy Bebord. La sociedad del espectáculo.

   La cosa fue así. Emilio dijo haber dejado su cartera junto con las gafas de sol, sobre la cama, porque durante la cena y la presentación del libro no iba  a necesitarla. Que al volver ya no estaba. Que había mirado por todas partes, incluso en el baño, debajo de la cama y en el vestíbulo de la casa, infructuosamente. Que tenía la conciencia clarísima y la absoluta seguridad de que así era. Ya estábamos todos –Ulises, Flor, Ricardo, Ángel, Luis, Miguel, Bea, Jose, Emilio y yo- en una de las terrazas de la Plaza del Bote, junto al frontón, y de momento no había aparecido ni la cartera ni la preocupación. Ulises se acercó a la piscina y estuvo mirando por el comedor al aire libre donde cenamos y no vio nada. Tomamos nuestro gin tonic, charlamos un rato y nos recogimos.

           Algunos nos quedamos en casa contando historias de misterio. Incluso paranormales. Se nos ocurrió quedar en otra ocasión para inventarnos algo partiendo de leyendas locales. Quede claro que la somos personas escépticas, menos algún que otro supersticioso.

            Nos fuimos a la cama sin rastro de la cartera. A la mañana siguiente volvimos al bar Las Madras donde ya estaban Ricardo y su hijo. Preguntamos pero tampoco habían visto nada. Emilio pasó un par de veces por el recorrido que había hecho la tarde-noche anterior -antes de bañarse, después, antes de la cena y después, con su vaquero en la mano, por si se había caído del bolsillo, si es que la llevaba- por la calle que lleva de la casa a la piscina y a La Prensa -El Lagar- Preguntó a un vecino que estaba pintando la ventana de su casa, por si había visto algo, y nada. Volvió con nosotros a la terraza del bar. Luis empezó a decir que desactivara las tarjetas de crédito. Que desde el golpe del coche de Miguel contra el pilón todo le había parecido una mala señal. Y eso que llevábamos casi un día hablado de historias inexplicables y Emilio se empeñaba en contradecirles sosteniendo que la superstición en una cuestión meramente cultural. Que si sabían algo de lo que para un chino o un ruso les parece que trae mala suerte. O sea nada de pararse debajo del umbral de una puerta, de regalar bufandas, relojes o cuchillos; encontrarse por la calle con alguien portando un cubo vacío puede ser fatal, o mirarse de nuevo en el espejo si has tenido que regresar. Eso en cuanto a los malos augurios... igualitos al dichoso gato negro y la maldita escalera... jeje...

  “Ni idea de lo que cuentas pero.... Yo que tú, bloquearía las tarjetas. Yo que tú, bloquearía las tarjetas…” repitió Luis unas cuantas veces… “Mira” dijo Emilio. “Mi banco dispone de un doble sistema de seguridad, que además necesita de un código que recibo en el móvil para autorizar cualquier operación, además de que puedo desacreditar a posteriori cualquier movimiento que no haya hecho yo mismo. Pero voy a anular las tarjetas. Lo único que me está retrasando es el trastorno que me va a ocasionar la semana próxima, el solicitar unas nuevas y hacer un DNI nuevo, ya sabes…” a lo que Luis replicó, que si llegaban a manos de un hacker experto, vete tú a saber que delitos podría llegar a cometer con ellas… “Sí claro; un hacker en Villanueva del Jose… lo mismo compra un misil intercontinental con cabeza nuclear… Pero vale; lo haré” Anuladas las tarjetas Emilio volvió a la mesa. Creo que maldijo un par de veces. Reiteró que estaba seguro que la cartera no había salido del pueblo, y en el cenit de su desesperación, pidió silencio, y leyó lo siguiente en su móvil:

         “San Antonio, perfecto imitador de Jesús, que recibiste de Dios el poder especial de restaurar las cosas perdidas, concédeme que pueda encontrar mi cartera. Por lo menos restáurame la paz y la tranquilidad de la mente, que me ha afectado mucho más que la pérdida material. Además de este favor te pido otro que siempre quede yo en posesión de este bien que es Dios. Permíteme perder cualquier cosa menos a Dios, mi bien supremo. No me dejes sufrir nunca la pérdida de mi mayor tesoro, la vida eterna con Dios”

     Todos nos quedamos francamente sorprendidos, viniendo de alguien que pensamos que es totalmente ateo. Aquello fue como el acto final que cerraba nuestra visita a Villanueva. Nos levantamos de la terraza y empezaron las despedidas. Y he aquí que como se sabe, todo tiempo es un ciclo, que todo ciclo es irreversible pero vuelve al comienzo, que toda anécdota es un principio, y que todo principio es el fin y el origen de todo nuevo acontecimiento. Por eso, y porque tenemos antecedentes, y los antecedentes crean jurisprudencia, justo cuando volvían para despedirse desde el interior de su coche Bea y Miguel, se acercó Miguel a la ventanilla y dijo “¡Eh! ¡La cartera macho! ¡Mira estaba aquí! No ha salido del coche en ningún momento…” Y de fondo se escuchó la voz de Luis que decía… “Te lo dije… te lo dije… que miraras en el coche de Miguel…”
De Miguel Ángel de la Guarda, que dicen algunos.


[Salud para todos nuestros camaradas,
y hasta la próxima]